Viviana Silvia Caraballo fue otra de las personas que escribió sobre su paso por La LLave.
¿Cómo encerrar tanto en tan pocas palabras?
Todo un desafío me espera, ¿Qué es “La llave” para mí? En este caso voy a ser
realmente obvia, porque “La llave” fue eso para mí, realmente LA LLAVE, a un
mundo nuevo, a reencontrarme, a volver a ser “yo”, a empezar otro camino (tan
inesperado como mágico). Y todo empezó así:
Después de un comienzo frustrado en la
U.N.R.N, (no aprobé el curso ingreso a la Licenciatura en Arte Dramático) y como
sugerencia del director de la carrera (Maxi Altieri en esos momentos) me anoté
en el taller de teatro de la escuela que en ese año estaba a cargo de Miriam Álvarez.
Y la magia que sentí en el curso de la U.N.R.N se fue renovando y multiplicando
en cada clase, la mirada de Miriam, mucho más amorosa de lo que ella cree,
empezó a darme confianza y junto con mi grupo de compañeras empezamos a sentir
el disfrute que produce el arte. Siempre me gusta comparar el placer de actuar
con lo que experimento en el agua, en la que siempre me sentí como en casa, con
poca técnica y menos estilo zambullirme nunca dejará de ser uno de los pequeños
grandes placeres de la vida; de la misma manera, la primera vez que me subí a
ese querido escenario de La llave la libertad y el placer me invadieron, en
cuerpo y alma.
Fue pasando el tiempo, dos años intensos de
taller en el que descubríamos técnicas actorales, algo de teoría, obras de
teatro, personajes, hasta que al final del segundo año nos propusimos el
desafío de representar un clásico: La casa de Bernarda Alba, del amado Lorca. Y
lo cumplimos!!! Fue como un sueño hecho realidad…y seguimos con un infantil que nos conectó con
el hermoso mundo de los niños… Y después volé porque en La llave me dieron
alas, alas que a mis 50 años me enseñaron que la vida siempre nos sorprende.
Aparecieron otros profesores, talleres,
seminarios y el sueño de actuar siguió
creciendo en otros escenarios en los que fui “otras” en mi piel. Y así cuatro
años después del primer intento estoy en el primer año de la carrera de Licenciatura en Arte
Dramático, disfrutando del aprendizaje de cosas nuevas y la reafirmación de las
ya aprendidas y comprobando que eso de que “nunca es tarde para empezar” no son
sólo palabras.
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